Hace ya un tiempo Ana me encargo este joyero personalizado
para su hija Celia. Ella eligió su dibujo, los colores de la caja y el forro. Lo
que no sabía es que su madre iba a escribir una dedicatoria de las que te ponen
los pelos de punta. Siempre lo digo, expresar sentimientos en palabras es muy,
pero que muy difícil, pero una vez está la frase, da gusto leerla mil veces.
Gracias Ana y Javi ha sido un gustazo comprobar que aunque haya pasado el
tiempo nuestra amistad sigue intacta.
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