Ana quería una caja para tener en la mesa del salón, para así poder guardar los mandos de la tele y todo lo que rondaba por esa mesa. Le enseñe este modelo, una caja de madera que encajaba perfectamente con lo que ella buscaba. Me paso este dibujo tan bonito y ya solo quedaba pirograbar y pintar. Y cuando Ana ya la vio terminada, me llamo rápidamente para decirme, mejor dicho, para gritarme de la emoción, jeje, lo que le gustaba su caja. ¿Qué más puedo pedir? Que a una le estallen los oídos de las cosas bonitas que te dicen, no tiene precio.
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